Casa Las Arañas

Philippe Blanc

Recorrido
La casa así como su estructura espacial se ordena entorno a un recorrido. Dicho recorrido va desde la calle hasta el dormitorio principal rematando en un gran ventanal con una vista privilegiada de la cordillera. El volumen de acceso, que comprime el espacio antes de entrar. El corredor cubierto, bajo un volado de 2,5 mts. El acceso bajo una doble altura que se abre al poniente y que, mediante una pantalla, refleja la luz norte sobre el acceso. El hall, de doble altura que ocupa, junto con el acceso, el ancho del terreno. La escalera, cuyo descanso se abre sobre el patio y bajo un jacarandá existente. La llegada de la escalera al segundo piso, al modo de un cubo mirador. Finalmente el dormitorio principal que se abre con un ventanal corrido sobre la topografía de Santiago. De este modo se intenta que tanto los recintos como los actos de la casa se encuentren en esta tensión o dialogo entre trazado urbano y topografía. Este dialogo es, a mi juicio, algo propio de Santiago, algo que sitúa la casa.

Luz
Hoy en día los materiales de construcción son más esbeltos, los muros han perdido espesor. El problema que surge es el de la luz, ya no existe ese espesor que atenúa la luz exterior. Para evitar una luz destemplada se tomaron dos estrategias:
Procurar que en los recintos la luz llegara de más de una dirección, rasgaduras y pequeñas ventanas contrapuestas a los grandes paños vidriados buscan iluminar los interiores desde dos o más direcciones.
Se construyen pantallas al lado de los ventanales de modo de reflejar la luz norte y de reconstruir un cierto espesor, en este caso de luz, que medie entre las dimensiones interiores, ajustadas al cuerpo, y las medidas exteriores, de la topografía del valle de Santiago.

Tres
Tal como Vitruvio definió como condiciones necesarias y fundamentales de toda obra de arquitectura la Belleza, la Firmeza y la Utilidad, en esta obra se da otra triada, a mi juicio, necesaria y fundamental para que aparezca una obra de arquitectura. Esta triada es la compuesta por los actores del proyecto, Arquitecto, Constructor y Cliente. Es necesario un buen arquitecto un buen constructor y tal vez lo más importante, un buen cliente.
En el caso de la casa Traverso se dio una muy buena relación entre los tres. Podríamos decir que compartimos un cierto cariño por la obra.
El cariño del cliente por su casa nueva y su capacidad de confiar en la arquitectura. El cariño del constructor por la buena ejecución de las obras así como su experiencia en construcciones de madera. Finalmente el cariño personal por la obra y por los detalles tanto en la etapa de proyecto, con los dibujos y maquetas, como durante la construcción. Se visita la obra como quien visita a un ser querido, que va apareciendo, mutando día a día. En este sentido la arquitectura es la huella de su propia construcción. Presenciar esto es una experiencia privilegiada.