Vestuarios Polpaico

Philippe Blanc

MEMORIA

PROGRAMA Y ENCARGO
El programa consiste en un edificio que alberge los baños (duchas, lockers y servicios) para los trabajadores de Polpaico en la planta de extracción de Cerro Blanco. Desde el programa el proyecto se entiende como un lugar de agua y vapor y que deja al cuerpo en estado de cierta fragilidad, fragilidad física (en comparación con la vestimenta-coraza que allí se colocan (casco, zapatos de seguridad, antiparras, protección para los oídos etc.), fragilidad térmica (una estrecha zona de confort al estar el cuerpo desnudo) y fragilidad “espacial” (espacios de soledad-duchas, servicios- y de comunidad-lockers y lavamanos).
Esta condición particular del cuerpo es recogida por la arquitectura en su materialidad interior, particularmente de aquellos elementos que entran en contacto con el cuerpo, así como por la luz. Se busca que la iluminación se tenue, que el ojo vea en forma templada, en contraste con los exteriores excesivamente luminosos por la falta de sombras y el color blanquecino propio de la piedra caliza. Por otro lado, contrasta con los interiore excesivamente oscuros, pensados desde el proceso industrial y no desde la habitabilidad.
El edificio es un lugar de cambios. Al llegar a la planta y colocarse los implementos de seguridad, como al salir y colocarse la ropa de “ciudad”. En este sentido el edificio tiene una condición de puerta, al ser el primer lugar al entrar y el último antes de salir. Es esta condición de umbral la que determina el encargo arquitectónico. Finalmente se entiende el edificio como propio de los obreros sumándose de este modo a los edificios de la planta.
FORMA Y EMPLAZAMIENTO
Llama la atención la mala calidad de los edificios “corporativos” o de oficinas en contraste con la potencia plástica de las edificaciones industriales, tales como hornos, silos, piscinas de decantado etc.
Es frente a esta potencia formal que se decide hacer del edificio de baños uno más de los volúmenes de la planta, y no un mero camarín. Un cilindro de hormigón visto “desnudo” desprovisto de cualquier “decoración”, con la austeridad de las construcciones industriales.
En el exterior solo aparecen, en la cubierta, los conos y el mirador. Se utilizan los conos de reducción de alcantarillado de hormigón prefabricado al modo de lucarnas.
Topográficamente el lugar en el que se emplaza el edificio se encuentra en el punto exacto en que se encuentra la pendiente del cerro y el plan.
Es aprovechando esta condición que se sitúa el edificio en la pendiente. De este modo se accede al edificio desde el plan y al techo terraza desde el cerro.
El edificio se emplaza visualmente como punto de giro (de ahí su condición de “esquina”) entre las faenas industriales y las administrativas, al modo de un umbral o sombra entre ambas. Se incorpora además, con el techo terraza, a la estructura de recorridos preexistentes al modo de plaza elevada.