Trinchera de Cantalojas

VDB arquitectos

El objetivo del proyecto es revertir la situación actual del terreno, hoy fondo de los lotes linderos, y transformarlo en una nueva centralidad urbana.
La propuesta, resumida como una costura, busca eliminar la segregación generada por el crecimiento urbano en distintas etapas que se dio en la zona. Para lograr esto entendemos que no basta con eliminar la barrera física generada por la trinchera; también es necesaria la apropiación del lugar por parte de los vecinos ya que la zona fue siempre una periferia en el interior de la ciudad.
La operación principal es la generación de un nuevo frente hacia el interior, operación que además de salvar el desnivel existente, genera espacios de circulación y expansión en distintas alturas.
Se propone un espacio público central con distintos estratos, que responde al entorno según este se presenta. Se generan una plaza barrial, paseos peatonales, un sector deportivo para jóvenes y un sector plaza seca de carácter metropolitano, área de transbordo entre la nueva estación subterránea y el transporte público de superficie.

En el sector ubicado sobre la calle Xenpelar se ubica una plaza barrial. Al estar esta zona contenida entre edificios que se abren hacia el centro, la nueva plaza queda completamente integrada al funcionamiento de los mismos, pudiéndose incluso abrir accesos peatonales.

Un área verde ubicada en el centro de la intervención nuclea todos los demás sectores y puntos de interés del entorno. Se propone un ambiente flexible, que no tenga usos definidos, si no que sea capaz de adaptarse, lo que entendemos da lugar a una muy variada diversidad de usuarios.
El centro se convierte en el espacio integrador de los vecinos de la zona (asilo, parroquia, colegio), ya que se genera un sitio de encuentro capaz de ser utilizado por todos.

Por debajo del paseo peatonal surgen del desnivel del terreno una serie de locales comerciales que hacen frente al sector inferior. Estos nuevos locales generan una continuidad comercial en sentido inverso a la ciudad, atrayendo nuevas personas y mejorando la calidad del lugar. Este nuevo frente urbano vitaliza la zona, otorgándole las características que hacen ciudad: actividad, diversidad, comercio y servicios; además de aumentar notablemente la percepción de seguridad.

Lindante al conjunto “Los Ferroviarios” se ubica un sector pensado para los jóvenes, teniendo en cuenta la existencia de la pista de skate actual, se decidió respetar esta actividad que se dio de manera natural y espontánea. Se le otorga una superficie mayor para el uso específico del skate, además de la posibilidad de realizar otras prácticas deportivas. Se incorporan espacios verdes, con el objetivo de que esta zona pueda también ser utilizada por aquellos que no deseen realizar deportes. De esta forma el skatepark no generaría una separación de los jóvenes del resto del conjunto, si no que se verían integrados al resto de la sociedad.

Se propone la continuación de la Calle Babes hasta su intersección con la Calle Juan de Garay. Este completamiento de la trama genera mayor conectividad en sentido este-oeste y demarca una zona claramente delimitada hacia el norte, sobre el andén de la estación Zabalburu.
Esta zona, planteada como un tapiz neutro, es un espacio virgen listo para ser ocupado e intervenido por los vecinos, escenario típico metropolitano
donde conviven artistas callejeros con transeúntes habituales y turistas ocasionales. Surge en este sector un nuevo edificio como hito urbano. Se trata de un volumen exento donde funciona el acceso a la nueva estación Zabalburu, además de un nivel superior en donde se propone la apertura de un Museo.