Casa Comparini

José Miguel Ibáñez Pizarro

El encargo consistió en ampliar y remodelar una tradicional casa del sector.

La vivienda se ubica en uno de los pasajes que bordean la calle El Rodeo, viviendas en su mayoría tradicionales de planta cuadrada, con tejuela de madera a la vista teñida con creosota lo que ha hecho que esta tome un color ya grafito a lo largo del tiempo.

El encargo primo era simplemente transformar y ampliar la vivienda; la primera era pasar del lenguaje tradicional y tan propio de ese sector de la comuna a uno mas “contemporáneo” un cambio en su geometría sugerirían después los propietarios. Lo segundo hacia razón a ampliar el comedor el cual era pequeño para una casa de estas prestaciones, desarrollar una sala familiar en el segundo piso mas un dormitorio en suite con grandes extensiones de closet para la no menor cantidad de ropa de la pareja. Todo esto en armonía con 4 hijos pequeños que debían circular en la vivienda y ver resuelta sus propias necesidades. El encargo fue extremadamente definido en el “génesis” por la dueña de casa, la que había estudiado diseño en una Universidad tradicional y que dirección potentemente la génesis del proyecto. Realizo dos requerimientos inapelables; el primero fue establecer el área donde se desarrollarían las ampliaciones, la segunda que toda formalidad como imagen de fachada debería ser cúbica. Por otra parte el esposo solicito también sus requisitos; el primero consistió en la obligatoriedad de dar uso al enchape del ladrillo como elemento decorativo relevante en la propuesta, y como segunda la reutilización de todos los elementos posibles que fueran parte de la construcción primitiva de esta manera disminuir los costos posteriores de construcción.

Al realizar la observación del lugar tome nota que al ser un pasaje sin salida todo sentido de aproximación a la vivienda seria siempre enfrentando la misma esquina de la vivienda por lo que al pensar en una ampliación con un nuevo formalismo debería contemplar esa situación y volcarla a mi favor en el diseño. Este vértice seria la “cara” que enfrentaría en una primera instancia todo visitante y eso podía ser el indicio de “algo”. Inicialmente se tomo la vivienda y se desarrollo un proyecto en base a módulos cúbicos los que intervenía las 4 fachadas, cumpliendo todos los requerimientos de los propietarios. Sin embargo el proyecto fue desestimado pues el costo estaba 25% más alto de lo contemplado por el propietario. Fue así como el propietario trozo el proyecto y estimo que se realizarían ciertas volumétrias de la propuesta, de tal manera que se dejaran pendiente las restantes. Su idea era en un futuro terminar la globalidad del proyecto y así tomaran sentido en el todo.

Se dejaron dos volúmenes; Un volumen puro que ampliaría el comedor y que desembocara al patio a un costado de la vivienda y un solo volumen frontal que establecería una serie de pestañas las que marcarían las esquina o esa “cara” de aproximación obligada que realiza todo aquel que ingrese al pasaje donde se emplaza la vivienda. Las pestañas como elementos se pintaron y revistieron de una materialidad distinta al del enchape de carácter obligatorio por parte del propietario. En el intento de contrapesar la fuerza que ejercían en la elevación estas pestañas marcando su propia esquina se propuso que la puerta tomara un rol mas activo en la plástica, es así que se realizo una puerta con quicio hidráulico revestida en tablero de terciado Marino que recorrerían los dos niveles de la vivienda, rasgando en parte la elevación y conteniéndola en una pestaña superior que giraría en sentido contrario a las restantes.